domingo, 24 de abril de 2016

GIL Y CARRASCO EN SAN IGNACIO (I)

Alumn@s de Educación Infantil, Educación Primaria, ESO y Bachillerato han hecho una recreación de la época de Gil y Carrasco y de su obra El Señor de Bembibre, coincidiendo con la celebración del Día del Libro. Alumn@s, padres y profesores han conocido a estos personajes en el salón de actos del Colegio.

Presentamos el texto de la pequeña muestra que se hizo y que una voz en off lo iba leyendo. Además, algunas de las fotos.


Era  una de esas tardes lluviosas de abril, cuando volvía de la feria del libro que tiene lugar estos días. Me encontré caminando por la plaza de la Carrasca a un hombre de cuerpo enjuto,frente amplia, mediana estatura, barba y bigote primorosamente recortados, elegantemente vestido con los atuendos propios de finales del s. XIX.



No sé si ustedes lo han visto.
Se presentó y me dijo que se llamaba Enrique Gil y Carrasco. Me sorprendió..., pues recordé al escritor berciano de El Señor de Bembibre. No iba yo por mal camino, pues los datos que me iba dando siempre coincidían con lo que los profesores del colegio San Ignacio enseñaban a los alumnos.
Me dijo que venía de Villafranca del Bierzo, donde residía en la calle del Agua. Y que venía a ver a su hermana  Águeda.
Lo seguí con la mirada cuando se dirigía hacia el Castillo de los Templarios y, algún tiempo después volví a verlo, caminando con su hermana del brazo elegantemente vestidos. Se sentaron tranquilamente en un banco del Parque del  Plantío.


Él parecía taciturno y pensativo ... diríase que estaba rememorando a sus padres la toresana doña Manuela Carrasco y don Juan Gil, administrador del marqués de Villafranca y de la Colegiata; sus estudios en Villafranca del Bierzo con los padres Agustinos, en la fundación benedictina de Vega de Espinareda y, finalmente en el seminario de Astorga.... después iría a Valladolid y a Madrid a estudiar Leyes.
Ensimismado venía a su memoria  aquella  época que describía  en su novela más famosa El Señor de Bembibre y, en su cara, se reflejaba la satisfacción  al recordar una procesión templaria y el sonido de una gaita que se oía en la lejanía.... al fondo el Castillo de los Templarios de Ponferrada.... culminaba la preciosa  estampa.





Después, recordó a los protagonistas principales de su novela, doña Beatriz y don Álvaro.... Doña Beatriz era de estatura aventajada, de proporciones esbeltas y regulares, blanca de color, con ojos y cabello negros y un perfil griego de extraordinaria belleza. Es la heroína santa e inmaculada. 


Por otro lado, Don Álvaro, alto, gallardo, vigoroso, de poblada barba y ensortijado cabello negro, que condensa las viejas virtudes del honor, la lealtad y la rectitud moral llevada al extremo.
Iban ellos dos acompañados por las cortesanas y algún que otro cortesano.





De repente algo le  hizo retornar a la realidad. Alguien lo saluda. Era su amigo don Luis González Bravo, que le comunica la buena noticia. Había  sido aceptado para el  cargo de secretario de la legación española en Prusia.



 Ya no lo he vuelto a ver. Confío en que el próximo año por estas fechas nos vuelva  a visitar algún personaje ilustre de nuestra Ciudad. Semejantes personalidades caminando por nuestras calles me producen una profunda satisfacción.





DESDE EL DEPARTAMENTO DE LENGUA DAMOS LAS GRACIAS A TOD@S L@S ALUMN@S POR HACER POSIBLE ESTOS PEQUEÑOS SUEÑOS CADA AÑO.


No hay comentarios:

Publicar un comentario